Haciendo visible lo casi invisible, sin perder el toque humano
Existen muchos artículos referidos a este tema, pero yo hoy quiero abordarlo desde la realidad más obvia. Las personas somos los que administramos, priorizamos, interpretamos o alimentamos en algunos casos de manera manual o automatizada los datos en esta era digital o hasta para hacerlos funcionales como en la inteligencia artificial.
Cada vez toma más relevancia la utilización de estos datos en todas sus manifestaciones desde una perspectiva estratégica y proyectiva. Sin embargo, nuestras capacidades y habilidades humanas para administrarlos asertivamente todavía están en pañales, siendo por demás paradójico en esta época de digitalización transversal.
Aunque todos los seres vivientes basamos nuestras interacciones en información, hoy quiero resaltar la labor y el rol estratégico y profesional de mis compañeros comunicólogos o comunicadores que, por carrera o profesión como yo, y quizá un poco detrás de bambalinas, acompañamos y gestionamos cualitativamente muchos de los datos que circulan cotidianamente que, en el mejor de los casos, bien utilizados y categorizados facilitarán la toma de decisiones.
Los comunicólogos en particular, al interior de la empresa u organización somos quienes administramos de manera cualitativa la información y los datos. Los aprovechamos para sumar valor sistemáticamente a personas y organizaciones. T también para construir la reputación empresarial, optimizar los procesos de venta y la imagen comercial o en las historias que contamos y que respaldan la vinculación entre todas las áreas de la organización;
En el área comercial actualizamos procesos enriqueciéndolos con los flujos de información adecuados e Interpretamos la retroalimentación que los clientes nos hacen llegar a manera de opinión positiva o algunas no tanto, para traducirla en ajustes estratégicos en los procesos internos;
Diseñamos campañas para las para todas las áreas de la estructura funcional ya sea internas, para RH o de responsabilidad social, gestionamos las crisis frente a diversos públicos, establecemos los parámetros de contenidos que circulan en las redes sociales, hacemos accesibles los objetivos estratégicos a los colaboradores transformándolos en indicaciones concretas.
Preparamos a la empresa para certificaciones de cualquier naturaleza, disminuyendo la resistencia al cambio, facilitamos la interacción personal, dando claridad a los comportamientos socioafectivos y los límites aceptados, para propiciar un clima organizacional saludable a través de canales y medios eficaces que resuenen de manera integral y humana, propiciando una verdadera cultura de responsabilidad y sostenibilidad. Podría continuar por varias horas a hablar de la importancia y aportación transversal de los flujos de información cotidiana en nuestra vida y en nuestra empresa.
La invitación hoy es a concientizarnos como líderes, empresarios o directivos a administrar los datos que producimos, que recibimos y retroalimentamos, para aprovecharlos con mucha integridad y asertividad, como recurso estratégico en nuestra propia gestión personal cotidiana y en nuestra manera de operar, gestionar, desarrollar e innovar, sin perder el toque humano que es el que verdaderamente nos hace permanecer conectados con nosotros mismos, en el aquí y ahora con nuestros colaboradores y con nuestros clientes.
¡Bendecido día!
¡Hasta la próxima entrega!