El valor de las pequeñas cosas de cada día que nos regresan al SER.

Hoy desperté reflexionando en lo valioso que puede ser regresar a aquella situación o experiencia que nos ha hecho tomar un camino que, quizá no hubiéramos tomado de haberse dado las cosas de otra forma. Pocas veces comparto algo tan personal, pero creo que hoy es un buen momento.

Muchas veces estamos tan ocupados, que no nos damos el tiempo de preguntarnos el por qué hacemos una cosa u otra.

Estoy segura de que cada uno de Uds. ha vivido situaciones límite en las que todo parece aclararse, tomar un sentido trascendente y una sensación abrumadora de que sólo tenemos el presente. ese aquí y ahora que vuelve prioritario lo que realmente lo es, y todo lo demás pasa a un segundo término, no menos importante pero no vital como lo es el ámbito del SER.

Para mi hay una experiencia que sucedió como una cosa del día y que luego se convirtió en una experiencia fundante para la vida. Tuve un accidente vehicular en el que me chocaron a las 10:00 am por que el conductor del otro vehículo iba viendo el celular. Este accidente me llevó a una cirugía que me llevó a permanecer en reposo por varios meses en una larga convalecencia. Podría pensarse que fue algo negativo o malo por la propia situación, sin embargo, ha resultado ser algo sumamente positivo en diferentes niveles.

Experimentar un alto total tan de repente, y en estas circunstancias me hizo como persona preguntarme como es normal y no sin muchísima frustración ¿por qué esas personas imprudentes no se dan cuenta de lo que pueden provocar? ¡No es sólo la pérdida total del vehículo!, es la preocupación y el impacto en las personas que nos aman

La inactividad física o la quietud corporal, me hizo comenzar a trabajar con mayor claridad y estrategia nivel mental. Noté cómo, sin darme cuanta, mis pensamientos se iban ordenando y venían a mi conciencia experiencias olvidadas que, con el pasar de los días fui anotando, no a manera de diario, sino de pequeñas cosas que hacía conscientes con la clara intención de dar gracias a Dios por estar viva y por todo lo experimentado.

Esa quietud, cuando por necesidad se volvió habito, ha resultado con los años, ser una práctica consciente en los momentos en los que necesito claridad mental, quizá para tomar una decisión más discernida o simplemente, cuando las situaciones son tan complejas que necesitamos un respiro para retomar el control.

Esas experiencias que siguen llegando como recuerdos aun cuando ese accidente sucedió hace varios años, se han vuelto un recurso inagotable de cuestionamiento, de materia prima para muchos de mis proyectos, pero, sobre todo, me han hecho consciente de muchísimas cosas que no había ni siquiera intuido que podía realizar.

He descubierto una fuerza y una resiliencia que no sabía que tenía y que además sigue creciendo, he experimentado también, que aún en las perores situaciones, nunca estamos solos, que hay una fuerza interior espiritual dentro de nosotros que nos invita a sacar ese potencial para hacer el bien. que como todo lo vivido, no pasó, no está en el pasado, sino que es el fundamento de lo que ahora, hago, digo, pienso, y de los valores que quiero vivir, pero sobre todo con mayor consciencia trato de aprovechar para compartir desde la humildad.

Estas pequeñas cosas las vivimos todos, y nos permiten reconocernos en relación con otros y con la posibilidad de aportarlas a los demás. en lo personal, ha sido y sigue siendo una preparación hermosa, no siempre fácil pero invaluable para que mi vida en estos momentos sea lo que es. También para pregonar mi agenda personal de que «empoderar» no es algo que podemos hacer nosotros desde nuestro Liderazgo o posición de autoridad, sino para entender que todos y cada uno de nosotros, tenemos el poder y el deber de reconocer esa fuerza interior en cada persona que nos rodea y que podemos, si queremos, ayudar desde nuestra libertad y gratuidad, de acompañarlos a desarrollarla.

Lo vivido hasta el día de hoy, en el aquí y ahora y escribiendo el Newsletter, me ha llevado a recordar todas esas experiencias fundantes de mi vida que se han manifestado inicialmente como pequeñas cosas cotidianas, a hacer una recapitulación de cuáles son mis talentos, de cuáles cosas no sé y que otros me pueden acompañar a descubrir, que el valor intrínseco de cada persona y cada experiencia, y que ese valor , va creciendo cuando nos tomamos un instante para soltar, para respirar, para aquietar la mente, el cuerpo, y pasarlo todo por el corazón, concientizando que siempre tenemos la libertad de vivirlo desde un lugar diferente.

Te invito a pensar hoy, quizá en un trayecto, ¿Cuáles experiencias han cambiado tu vida? y cómo aún hoy puedes seguir aprovechándolas no sólo para tu beneficio, sino para ser redimensionadas, agradecidas y compartidas con los demás. ¡Déjame en tus comentarios alguna situación que te haya hecho parar y priorizar!

¡Nos vemos la próxima quincena.!

P.D.:Te invito también a escuchar, ver y suscribirte a mi podcast en Spotify «Corazonar en la vida y en la empresa, para gestionar con Sentido». estoy segura de que encontrarás una visión diferente y humana de la gestión de los recursos en la empresa y en la vida misma.

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