La humildad, imprescindible en el crecimiento del equipo y de las organizaciones.

Aunque esta virtud no a una de las más comunes porque quizá no nacimos con ella como una de nuestras cualidades, siempre podemos conscientemente desarrollarla y cuestionarnos cotidianamente si nuestro ego no nos está controlando o dicho de otra forma si nos creemos tan perfectos e infalibles que nadie nos pude enseñar nada o no podemos equivocarnos jamás.

No tiene idea en qué medida esta maravillosa virtud hace que todo se transforme para bien.

En la mayoría de las empresas con las que colaboro, una realidad transversal es que todos son empresarios extraordinariamente humanos y humildes, aunque tengas logros extraordinarios o gran rentabilidad en sus empresas. Porque son organizaciones únicas y escasas, que están abiertas como su líder al cambio, a la disrupción, a la innovación y a rectificar el rumbo.

El cambio sólo se puedo trabajar con empresarios y empresas que reconozcan que nos son perfectos, que tiene problemas y que deben buscar expertos para solucionar ese tipo de realidades que la mayoría de las veces les son ajenas porque nadie puede ser experto en todo, y porque ellos son extraordinarios en lo que hacen.

De hecho, en la mayoría de los casos son empresas reconocidas por su líder no por lo que hacen o por lo que logran sino por cómo lo hacen y la Humildad que siempre es un sello organizacional valorado por el sector al que pertenecen y por el mercado.

Y tú, … ¿Estás dispuesto a evaluar con honestidad, asertividad y resiliencia tu liderazgo y desempeño para practicar la Humildad?

¡Hasta la próxima!