Las 10 tentaciones en las que no debes caer como líder (Parte 1)

Las líneas que siguen se basan ciento por ciento en la experiencia de haber visto y conversado con numerosos líderes latinoamericanos. Hoy, te propongo analizar cuáles son las principales tentaciones que se les han ofrecido para que las evites y estés advertido del riesgo que comporta no ponderar sus consecuencias.

1. Incentivar con dinero a los colaboradores para luego obtener una conducta específica

Hoy en día contamos con numerosos estudios que establecen con claridad que la denominada motivación extrínseca, constituida normalmente por premios (o la conocida zanahoria) carece de valor como generadora de entusiasmo. Sin embargo, la tradición nos ha enseñado que si un equipo de personas no arranca, no da los resultados esperados o se encuentra en un momento de baja productividad, podemos administrarles el remedio de un

2. No tomar una decisión difícil, pensando que la gente “se olvidará”

El camino del liderazgo está plagado de situaciones complejas, que ameritan tomar decisiones antipáticas. Un despido, sanciones de distinto tipo, virar una táctica, abandonar un cliente de años o un proveedor establecido. En ese sentido, un error frecuente de ser observado pasa porque, debido a la falta de coraje o por miedo a perder la admiración de los colaboradores se evita tomar este tipo de acciones, con la ingenua idea de suponer que “todo pasa”. Por el contrario, todas y cada una de estas situaciones que no se resuelven tienden a incrementar su volumen emocional con el transcurso de los días y adquirir de manera constante un sabor cada vez más amargo.

3. Incorporar el postulante “menos malo”, en lugar del que nos gusta de verdad, para cumplir con los plazos programados

Hay momentos en los que necesitamos cubrir una posición lo más rápido posible y el pool de candidatos es de una calidad no acorde a los requerimientos. Eso además de cargar en otros nuestra irresponsabilidad al reclutar, acabará tronando a la persona y muchas veces su espíritu.

4. Ubicar en el equipo a un “Topo” miembro “que sea mis ojos y oídos”

Los líderes que caen en esta tentación poseen un claro componente de inseguridad al sentir que si no conocen todo lo que sucede, podrían estar en peligro. Los efectos de esto son letales. Se mina la credibilidad del líder y potencia la desconfianza colectiva, afectando gravemente a la transparencia que la cultura de equipos requiere como el oxígeno para su funcionamiento.

Hasta aquí el día de hoy.

Nos vemos en el siguiente Post.