Una de las cosas que no deja de sorprenderme, es cómo, muchas veces los seres humanos y particularmente los empresarios tienden a separar una cosa de la otra, es como si el recurso humano fueran las personas y la información se circunscribiera a información que está en un formato físico o tangible como por ejemplo los estados financieros.
Me parece relevante compartir mi experiencia con la que espero cambiar en mis lectores, el mindset, referente a esta visión de los recurso que son para mi, interdependientes y complementarios.
Cuando me hago consciente de que cada interacción que tengo en mi vida personal y laboral está conformada por información, misma que se manifiesta mediante nuestros diferentes sentidos, puedo entender la relevancia de llevar este recurso al siguiente nivel.
La información correctamente gestionada, es un recurso que hará que las personas con las que interactúas, sean tus hijos, pareja o compañeros de equipo, se convierta en la herramienta que, por ser parte inherente al ser humano en el potenciador de los resultados de cada interacción.
Si esto puede impactar tu vida personal, imagina la aportación positiva que puede tener en la productividad, alineación de objetivos, desarrollo de habilidades blandas etc.
Pero…¿Qué estoy entendiendo por gestionar la información?: Responsabilizarnos de su estructura, de conocer a los usuarios, de Intencionar un objetivo concreto en cada intervención.
Quizá este ejemplo te pueda ayudar a entender a qué me refiero: Una madre tiene 3 hijos, su maravilloso instinto materno le permite saber cómo debe hablarle a cada uno de ellos; a uno con una mirada, a otro con detalles, a otro frontalmente etc. Las mamás son las gestoras naturales más maravillosas que existen , ya que, a través de la gestión amorosa de la información ( instrucciones, apapachos, reconocimientos etc) logran gestionar a sus recursos humanos ( hijos) hasta hacerlos florecer.
¡Nos leemos en la próxima entrega!
