¿Qué «vendemos» realmente al mercado con nuestros esfuerzos comerciales?

Constantemente trabajo y hablo con empresarios, consultores y líderes sobre las problemáticas enfrentan.  

Los prioritarios; que no logran generar más ventas e innovación y diferenciación porque aunque se esfuerzan mucho y constantemente, terminan agotados porque siguen haciendo lo mismo y esperan resultados diferentes.

Los problemáticas constantes tiene que ver normalmente, con la falta de claridad estratégica o de límites operativos. Otras veces, no se entiende transversalmente lo valioso de su aportación específica para el logro de la visión y los objetivos empresariales. Por ende, tampoco logran gestionar la parte Afectiva de la gestión u operación para mejorar la comunicación, siempre aporte valor; otros reconocen no medir el desempeño o no hacerlo más allá de lo convencional para alguna certificación de calidad o ambiental de maneras innovadoras que aporten valor a los colaboradores y lograr que el equipo realmente, «se ponga la camiseta».

¿Te suena familiar? 

Seguramente en tu organización como en todas, se da la falta de interacción departamental, se atoran los procesos y la información y existen problemas graves que impactan al cliente interno y al externo afectando negativamente la interrelación y sobre todo que provoca que los esfuerzos se vuelvan costos y no resultados sobre todo en el área comercial y específicamente en las ventas.

Todo esto termina en retrabajos, mermas roces y afecta la productividad y rentabilidad organizacional y comunica una terrible imagen corporativa a los clientes finales.

Aquí hay un foco rojo enorme. Se quedan en lo que deben solucionar o mejorar en la parte interna u operativa, sin percatarse de cómo esos problemas se permean y contaminan de manera imperceptible los procesos externos como lo son los esfuerzos comerciales.

 ¿Qué es lo que hacen para solucionarlo?

Entre otras acciones que se vuelven reiterativas están las siguientes:

a) Buscan capacitación para algún colaborador o para el equipo (sin darle seguimiento porque no hay indicadores cualitativos),

b) Contratan algún asesor, consultor o coach

c) Y por último, hay un grupo importante y sobre todo enorme, que no saben cómo enfrentar la situación, y tienen miedo de reconocerlo.

Yo soy empresaria y entiendo cada situación, porque lo he vivido en carne propia. 

Sin darnos cuenta, dejamos de ver que vamos sin rumbo y claridad, pero lo más grave, es que desconocemos a profundidad que solución única estamos ofreciendo como organización, y además por si fuera poco, esperamos increíblemente, que todos se sumen a nuestros esfuerzos. ¡Esto es casi impensable verdad? ¡pero sucede!

Pero…existe una solución disruptiva, humana y eficaz cambiar el rumbo. Aplicarla trae como consecuencia que podamos revisar desde una nueva visión basada en la realidad, el uso adecuado de nuestros recursos, cómo se gestionan de manera transversal si estamos proveyendo de todo lo necesario para lograr diferenciarnos en el mercado y además, de una manera sustentable y sumando valor de manera sistemática. 

Sé que suena irreal, ¡pero lo hemos logrado!

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¡Buen día para todos!