El aquí y ahora en nuestra autogestión y liderazgo.

He estado viendo y leyendo publicados artículos muy valiosos que hablan de valores organizacionales, de diferenciación, de liderazgo y todo esto contrastado o enriquecido en algunas ocasiones con la IA y todo lo que implica la digitalización.

Es maravilloso ver cómo avanzamos en el desarrollo de herramientas y de soluciones que nos pueden agilizar la cotidianidad, la gestión de las organizaciones y hasta de la propia vida.

Sin embargo, una y otra vez, volvemos a perder, quizá sin darnos cuenta, el momento presente, su riqueza y su increíble valor por estar distraídos.

Estamos distraídos:

Lo estamos cuando priorizamos de manera errónea o desde la razón solamente sin involucrar al corazón, cuando perdemos de vista que no somos indispensables o peor aún, que solo valemos cuando cumplamos x meta para se ser realmente felices.

Este momento preciso, mientras lees esto, que es lo único que realmente tenemos y que, si fuéramos más conscientes, quizá utilizaríamos desde un lugar diferente y más amoroso hacia nosotros mismos.

Hace unos días me tocó vivir en carne propia la experiencia de perder, luego de muchos meses de trabajo, un contrato al que le invertí al menos 18 meses, de mi tiempo, recursos materiales y muchas horas en estrategia, perdí horas de sueño y muchos momentos familiares por lograr un objetivo. Hoy recibo agradecida, este golpe de realidad, que me hace reflexionar como, sin darnos cuenta, nos dejamos llevar, confiamos y absolutizamos algo que es totalmente relativo y relativizamos lo que es absoluto, algo que, no define quienes somos ni nos hace mejores personas, quizá en algunos, casos sea saque lo peor de nosotros mismos

Si fuéramos conscientes de lo frágil que es la vida, probablemente haríamos aquello que nos apasiona, o aquello que nos llama desde esa la vocación que nace de nuestro interior a involucrarnos en algo que nos haga felices, quizá en algún servicio concreto hacia a los demás.

El diálogo recurrente:

Constantemente dialogo con empresarios a los que acompaño a través del Mentoring directivo/personal, y es un lugar común que hablen de lo que harán cuando tengan tiempo, cuando ordenen la empresa, cuando logren determinados objetivos o hasta cuando se jubilen.

Y es cada vez más evidente que, siempre estamos pensando en el futuro, tratando de traer a la mente experiencias maravillosas y aún ahí, nos perdemos en el propio momento en que estamos recordando o planeando algo que ya se fue o algo que aún no sucede.

¿Qué pasaría si…?

Podría ser que, si hiciéramos un alto aquí y ahora en la mente, en el cuerpo y en el corazón, nos preguntemos con honestidad sobre el estado de nuestras emociones, de nuestra salud física y mental o de nuestras relaciones familiares o de pareja o quizá algo más profundo, podríamos echar una mirada amorosa hacia nuestro interior y entender estado integral de nuestra persona como individuos únicos llamados a transformar nuestro entorno con lo que somos. tenemos y hacemos.

Hacerlo, nos daría mayor claridad, quizá equilibrio entre vida personal y negocio, o mejor aún, haría de nosotros personas más alegres, más asertivas, más llenas de gozo por la conciencia de estar vivos o más libres entendiendo y administrando nuestros recursos y el tiempo sin que éste nos controle sin piedad, decidiéndolo nosotros mismos.

El aquí y ahora debería ser un ejercicio permanente de autoconciencia, de responsabilidad personal para poder ser la mejor versión de nosotros mismos, no desde nuestra propia visión sino desde la visión de aquellos que nos rodean disfrutan o padecen quienes somos.

Te invito a poner en tu reloj una alarma de 5 min por la mañana y otra por la tarde que te puede ayudar al sonar, a hacerte consciente de respirar, a calmar ese acelere que nos trae locos y respirar como los bebés, inflando el estómago para pausar conscientemente nuestra respiración, para exhalar sintiendo la vida que nos habita y que nos invita a la plenitud y a vivir en conciencia, reciprocidad y a hacer vida todo aquello que somos y tenemos en cualquier ámbito de nuestra vida, en la empresa, en pareja, en alguna asociación o cámara de negocios en la que participamos. Este es el principio y la base de un liderazgo auténtico, único y diferenciado con el que podemos contribuir de manera única a transformar nuestra sociedad.

¡Vivir el aquí y ahora, nos permitirá SER lo que estamos llamados a SER.!

Nos vemos en la próxima entrega.