Estimados lectores.
En estas últimas semanas me he encontrado con una problemática común a los directivos, gerentes y hasta en mandos medios y me hace traer a la mente una cita que me parece muy valiosa para dar contexto.
«Siga la acción eficaz con una reflexión silenciosa. De la reflexión silenciosa vendrá una acción aún más eficaz». – Peter Drucker
En muchas ocasiones cuando me invitan a colaborar con una empresa, es porque está en crisis por alguna razón y en el menor de los casos porque quieren desarrollar algún programa nuevo como los de inclusión, equidad de género etc.
La falta de estructura, los problemas por no contar con el personal correctamente seleccionado, liderazgos poco claros o coherentes con los recursos estratégicos de la organización, estrategias comerciales hechas desde la agencia que las lleva y no desde las necesidades reales del consumidor, el personal es un problema etc. Pero el problema más común que lleva a una falta de sentido, en la doble acepción del término, como dirección y como significado, tiene que ver con que la operación les gana.
De hecho, expresiones como » necesito un día de 40 horas», «el tiempo no me alcanza», «los líderes no son claros con sus equipos de trabajo o no se comunican entre sí» «operamos de forma aislada y sin lograr alineación» son increíblemente constantes.
Y claro, todas ellas son perfectamente entendibles, suceden en todas las organizaciones, y evidencian con una claridad pocas veces apreciada, que hay problemas de raíz que subyacen a estos síntomas tan evidentes como engañosos.
El diagnóstico transversal: evidencia realidades silenciosas
Cuando realizo mi diagnóstico organizacional transversal (que es resultado de más de 20 años como consultora y mentora organizacional) surge, de manera constante en los resultados de esta evaluación integral del estado real y actual de la organización, (ya que involucra la operación, la gestión, el recurso humano, la madurez de los directivos, proyección de la empresa y comunicación,) una increíble avalancha de actividades que muy pocas veces corresponden a los directivos o líderes, sino que su implementación debería realizarse por los colaboradores que éstos dirigen.
En todas las empresas sucede esto, no importa el sector, antigüedad o tamaño de la misma. Se pone poca o nula atención en lo que realmente resta valor, genera costos y reduce rentabilidad a la organización. Y todo por ese activismo en que todos caemos precisamente porque la priorización que el liderazgo debería ejercer se transforma en resolución de problemas, extinguir fuegos, pedir cuentas, buscar programas que mejoren la gestión etc. pero no nos damos el tiempo necesario para ser ejecutivos o líderes con asertividad integral
La eficacia implica silencio y reflexión.
Con base en mi experiencia y en haber validado tiempos y movimientos de muchas empresas, quizá más de 400, he diseñado un esquema que permite el uso coherente del tiempo para propiciar la innovación, la gestión correcta de los recursos y sobre todo la aplicación de tus recursos personales y experienciales, en la supervisión y evaluación cualitativa de los desempeños integrales de departamentos y áreas.
Este esquema es simple en su escritura, pero complejo en su implementación. Ahí va:
20% de tu tiempo en supervisar la operación,
20% en optimizar la gestión,
40 % en desarrollar la innovación y el resto, es decir 20% en desarrollo.
Si alguno de estos parámetros se altera, algo está causando silenciosamente estragos en la asignación de recursos, en la gestión de la información, en las evaluaciones de desempeño transversales o simplemente en el poco o nulo tiempo de silencio que tienes para reflexionar, evaluar y potenciar lo que se hace bien, lo exitoso, las buenas prácticas para utilizarlas como base y seguir construyendo valor, significado, proyección, diferenciación e innovación.
Si dentro de este esquema que te acabo de proponer del 20% del tiempo para desarrollo, le dedicas de manera constante sólo 15 min. al día, a revisar, en silencio y sin distracciones cuál es la causa de ese éxito te vas a sorprender de todas las cosas valiosas que descubrirás y podrás experimentar claramente cómo tu liderazgo se vuelve humano, eficaz y estratégico. y claro, esto lo sentirás tú, y eso es genial, pero el verdadero resultado será evidente en el beneficio que generarás en tu entorno.
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¡Bendecido día para todos!